domingo, 31 de enero de 2010

Tres hombres en una barca, Jerome K. Jerome


En los agradecimientos iniciales de "Por no mencionar al perro", Connie Willis menciona a Robert A. Heinlein por descubrirle el relato de K. Jerome en su novela juvenil "Consigue un traje espacial: viajarás" (me sigue resultando extremadamente curioso que se siga clasificando su "Tropas del Espacio" como literatura juvenil, pero eso es una discusión totalmente aparte). De hecho, el título completo de la obra de la que hoy hablo es "Tres hombres en una barca (por no mencionar al perro)". Y yo, que soy un ser eminentemente intuitivo di por hecho que la obra de Willis algo tendría que ver con ésta... Así que me la leí antes de embarcarme en la segunda, que a fecha de hoy ando consumiendo.

El principio es demoledor. La presentación de los personajes y las circunstancias que les rodean es hilarante. No me extrañaría en lo más mínimo que los tres o cuatro primeros capítulos de este libro hubiesen servido de inspiración a grandes genios británicos del humor, como Terry Pratchett, Douglas Adams o los Monty Python. Los protagonistas son vagos, cínicos, patosos, hipocondriacos, y no pierden la más mínima oportunidad para evidenciarlo. Un día, aburridos de su rutina, deciden embarcarse en un viaje en barca por el Támesis de dos semanas de duración.

A partir del momento en que, por fin (y aunque parezca que nunca van a conseguirlo), se montan en el barco y se lanzan a la aventura, la dosis humorística se desinfla un poco. O tal vez se deba a que en ese punto continué la lectura en inglés, cuando los primeros compases los leí en castellano. Pero desde ese momento, como digo, la obra pasa más a ser un cuadro costumbrista de la época victoriana británica donde se describe, a través de historias y anécdotas narradas por uno de los protagonistas (muchas de ellas con buenas dosis de humor, pero casi ninguna ya tan demencial como las de los preparativos del viaje), distintos estilos de vida en la sociedad británica, así como fragmentos de historia.

Y es que, originalmente, "Tres hombres en una barca (por no mencionar al perro)" iba a ser una guía de viaje... Bastante recomendable, especialmente los primeros capítulos.

PD: Por dios, que alguien reescriba y amplíe el artículo de Wikipedia sobre este libro, es a todas luces lamentable.
Lpr.

lunes, 18 de enero de 2010

El ángel más tonto del mundo, Christoper Moore


Bueno, supuestamente mi primera entrada aquí iba a ser sobre jPod, pero como soy de los que piensan que la mejor manera de presentarse a escribir en un blog de gente en la que solo conoces a dos personas y te invitan así porque son buena gente, es saltarse sus peticiones, pues me lo paso por el, que lo dejo para otro día, vamos.

El caso es que no pensaba escribir sobre este libro, como os digo, de hecho lo que voy a hacer es daros un detalle: lo he comprado y acabado hoy. Y además regalaros dos citas que copio, textuales, de entre sus paginas:

En otro cuento navideño, Dale Pearson, malvado urbanista, misógino recalcitrante y, al parecer, cascarrabias irremediable, podría haber recibido las visitas nocturnas de una serie de fantasmas que, al mostrarle sombrías visiones de las Navidades futuras, pasadas y presentes, provocarían en él una transformación que lo convertiría en un ejemplo de generosidad, amabilidad y sentimientos cálidos hacia sus congéneres. Pero este no es uno de esos cuentos, así que aquí, en no demasiadas paginas, alguien va a despachar a este miserable hijo de puta con toda la calidez del mundo. Ese es el espíritu navideño que impregnará las siguientes paginas. Ho, ho, ho.


Tras este párrafo (final del capitulo uno), había decidido publicar esta tira en el google reader (amante esporádico de aquellos que, como el que escribe, tiene un filtro en su curro que le impide disfrutar de la gloria de internet), recreándome en lo que sin duda sería un gran libro, como adelanto, así ha sido.

El caso es que si leéis esto diréis, ¿y como si iba a escribirlo lo estoy leyendo?, esta es la segunda y ultima cita, que me tomo la libertad de reducir porque joder, son las 8 de la noche y quiero vivir.

[Conversación entre marido y mujer]

- Necesitare tu ayuda, pero, ya sabes, no te importa.
- ¿Ah, no?
Theo se quedo alucinado cuando Molly se abrió la chaqueta y le mostró sus pechos favoritos. Era como aterrizar de repente entre dos tiernas amigas, ambas un poco pálidas por no haber estado expuestas al sol, unas criaturas apocadas por el tiempo, pero con las rosas naricitas alerta, vigorizadas por el frío nocturno. Y tan pronto aparecieron, la chaqueta se cerró y Theo se sintió como si le hubieran dado con una puerta en las narices, y lo hubieran dejado solo en el frío de la noche.
- Vale, no me importa.
[...] Cuando pasados unos minutos su cordura decidió volver, Theo dijo:
- Molly, me gustaría que no salieran así las cosas.
Y allí estaban de nuevo, sus amiguitas las naricitas rosas.
- Ocupemonos de esto y luego nos lo hacemos aquí mismo, ¿vale? - Dio un saltito para subrayarlo y Theo asintió, siguiéndola como una espoleta. Tenia la impresión de que lo estaban manipulando, exclavizandolo gracias a su debilidad sexual, pero no veía porque iba a ser eso algo malo. Al fin y al cabo, estaba entre amigas.


Creo que no tengo más que añadir, y espero que Entrari me comprenda.

Saludos.

sábado, 16 de enero de 2010

www.365tomorrows.com, Varios autores

Letizia Álvarez de Toledo ha observado que la vasta Biblioteca es inútil; en rigor, bastaría un solo volumen, de formato común, impreso en cuerpo nueve o cuerpo diez, que constara de un número infinito de hojas infinitamente delgadas. (...) El manejo de ese vademécum sedoso no sería cómodo: cada hoja se desdoblaría en otra análogas; la inconcebible hoja central no tendría revés.
La Biblioteca de Babel, de Jorge Luis Borges.

Por muchas bibliotecas a las que me he asomado, ninguna ha resultado, hasta la fecha, ser la de Babel. Ni tampoco he dado con el libro del que habla (aunque se me antoja atractiva la idea de equiparar los lectores de eBooks a ese volumen). Pero conozco 365tomorrows.com, y me parece lo más próximo a esa biblioteca que se puede encontrar hoy por hoy, y además, mucho más cómodo que el mecanismo de hojas desplegables.

La web en cuestión tiene un concepto sencillo: cada día, se publica un nuevo relato breve de ciencia ficción. Bajo licencia Creative Commons, este rincón de la red se ha dedicado a publicar, día tras día, un relato de sci/fi desde mayo de 2005. Con el tiempo suficiente, un lector entregado (y por supuesto, que entienda el inglés sin problemas) se podrá leer los más de mil quinientos relatos que componen la página... Pero cada mañana tendrá uno nuevo esperándole.

Como en toda recopilación de relatos, los hay mejores y peores, algunos no dicen nada en absoluto, y unos cuantos deberían ganarse su pase directo al Olimpo de la narrativa de este género. Así que queda en tus manos, lector (o lectora*), ponerte manos a la obra y disfrutarlos.

Clasificación: Cinco minutos de lectura diaria no hacen daño a nadie.
Lpr.

* Que luego llegan los del Ministerio de Igualdad y nos cierran el blog por machistas!

Páginas amarillas; Estado Español



Te estás quedando conmigo, me diréis.
No.

Mirad, alguien tiene que hacerlo. Hay cosas que un crítico de libros tiene que hacer, y esta es una de ellas.

Me aburría mucho y no tenía nada nuevo que leer, así que opté por un experimento. Como ya supondréis, las Páginas Amarillas no tienen nada de argumento, pero es entretenido el descubrir algunos apellidos chungos y nombres ridículos. Además, es relajante el recortar los cupones que te vienen con ella, aunque cada vez vienen menos interesantes.
Y el plano del final es muy útil.

Clasificación: Mejora mucho si estás fumado.

Hacedor de Estrellas, Olaf Stapledon


El protagonista  es un ente incorpóreo en el universo.

Hacedor de Estrellas es un libro difícil de catalogar. Sugiere ciencia ficción. Si es así, , este tipo de libros, sólo ennoblecen el genero. Trasciende de los tópicos que otros le dan.

Alguien que desconocemos mira el cosmos y empieza un viaje astral a través del mismo. Sus primeros momentos de pánico ante la incomprensión de lo que le sucede, y su posterior descubrimiento de que no puede volver a casa, le llevan por accidente a conocer otros mundos, otras civilizaciones extraterrestres, pero su búsqueda de casa sólo le lleva a mundos con periodos históricos iguales que los nuestros.
Elementos tales como el racismo, las guerras mundiales, las revoluciones sociales, la conciencia de clase, la ecología, industria se analizan de forma brillante. Además, su análisis de la evolución política y la llegada de estados totalitarios estuvo dos años por delante de su época, ya que en 1939 estalla la segunda guerra mundial, y Olaf Stapleton acabó el libro en el 37.
El protagonista, a medida que pasa por estos mundos, va fusionándose a otras mentes trascendiendo del yo, pero sin perder su individualidad. Los órdenes de conciencia van cambiando en magnitud. Las mismas galaxias son pequeños entes con mente propia. Su viaje es a través del tiempo para poder abarcar estas mentes, desde el principio hasta el final del cosmos. Todo el universo revela ser consciente, de una forma u otra, uniéndose en ese viaje, lo que lleva a un encuentro con el Todo. El responsable de poner un principio y observar un fin. El Hacedor de Estrellas.

Yo lo defiendo como un libro brillante. Es el clásico que Ender.Dragon (en nada un colaborador de este blog) tanto me recomendó. Me alegro de tenerlo en mi biblioteca personal. Y con prologo de Borges

Clasificación: 1984, La fábrica del Absoluto, Farenheit 451… clásicos, y ahora este.

viernes, 15 de enero de 2010

El aprendiz de guerrero, Lois McMaster Bujold


Por Interloper

Si ahora empezase hablando de un personaje enano y cabezón (en todos los sentidos de la palabra), pero que compensa todos sus problemas físicos con una inteligencia sobresaliente, y es irremediablemente el personaje más carismático de su libro, la imaginación de más de uno y de dos volaría hacia Lannisport. Pero no, en esta ocasión no es de Tyrion de quien hablo, sino del personaje que inspiró a R.R. Martin para dar vida al único Lannister por el cual, hoy por hoy (a falta de leer más de la mitad de la saga), siento algún apego.


A pesar de que el personaje de Canción de Hielo y Fuego fue creado a imagen y semejanza de Miles Vorkosigan, y los dos son tanto físicamente equiparables como igual de inteligentes, existe una diferencia fundamental entre ambos: Tyrion es previsor y calculador, tiene todo planificado desde el primer momento, y va adaptando sus planes a medida que se van presentando complicaciones. Miles es, hasta donde yo recuerdo, el personaje más impulsivo sobre el que he leído jamás, ya sea narrativa épica, fantasía, novela negra o, como en el caso que nos ocupa, ciencia-ficción (concretamente, El Aprendiz de Guerrero es un ejemplo inmejorable de Space Opera). No tiene planes preconcebidos, metas claras ni "hoja de ruta" alguna para alcanzar sus objetivos. Es más, dudo que tenga objetivos claros.

Como ejemplo de este extremo sirva el siguiente hecho: Dado que el libro me lo leí en su inglés original, tuve que preguntarle a una gran fan de la novela si me había perdido algo de la trama por no leerlo en mi lengua materna, o si realmente las decisiones tomadas por Miles (y resueltas brillantemente gracias a su intelecto) eran tan... "porque sí". Y efectivamente, la segunda opción era la adecuada. Dos semanas después, era yo quien estaba recomendando sacar el libro de la biblioteca a una amiga. La forma en que se desarrolla la historia y cómo Miles se las ingenia para ir resolviendo los acontecimientos de esa bola de nieve que, a medida que va rodando, aumenta sin control en tamaño y velocidad son simplemente fantásticos.

Se trata de una historia entretenida, que engancha sin pretender convertirse en una de esas historias con mil giros argumentales imprevistos, pero que consigue sumergirte con facilidad en su universo. Acción, personajes carismáticos, algo de humor ligero... ¿Puede haber alguien que no quiera leerselo?
Lpr.


253, Geoff Ryman

Al leer el post de Entrari sobre Aire, me he quedado dándole vueltas al nombre del autor. Ryman... Ryman... Juraría que he leído algo suyo. De modo que al llegar a casa he echado un vistazo a mi biblioteca, y en efecto, ahí estaba: 253 o La Comedia del Metro. Un libro que me compré por su pretexto, que me pareció de lo más original.


Un tren del metro de Londres tiene siete vagones, y cada vagón 36 asientos. Contando al conductor, el total de asientos disponibles es 253. Con ese pretexto, La Comedia del Metro contiene doscientas cincuenta y tres fichas de otros tantos usuarios que viajan todos en el mismo tren. Para terminar de redondear la ecuación, cada ficha está escrita en… adivinen… eso es! 253 palabras!

Estas fichas se dividen en tres secciones. Para cada personaje de esta atípica obra, Ryman describe la “Apariencia”, los “Datos personales” y “Lo que hace o piensa”. De este modo, es divertido ver cómo prácticamente ninguna de las personas retratadas es lo que parece a primera vista. Como el tipo que está concentrado en la página de economía de su periódico, mientras que en realidad trata de pasar desapercibido para un compañero suyo del trabajo que viaja en el mismo vagón, o la mujer que parece inquieta porque alguien la sigue mientras que en realidad trabaja en la caridad pero inventa historias sobre un supuesto marido espía para hacerse la importante entre sus amigas.

Otro aspecto del libro es la relación entre los ocupantes del tren. Muchos de ellos están relacionados entre sí... Un trabajador que teme que le despidan, y su jefe tres vagones más allá pensando en el empleado al que quiere ascender. La dueña de una floristería, y la abogada de una multinacional que planea comprar el edificio donde está esa tienda. O los dos compañeros de trabajo de los que he hablado antes, en el mismo vagón. Pasé un buen rato mientras leía el libro porque, cada vez que aparecía un nombre en la descripción de un personaje, recorría los siete vagones a la búsqueda del nombre mencionado, por si acaso viajaba en el mismo tren. De ser así, terminaba al personaje con el que estaba, y me leía la ficha del personaje referenciado.

Y es que el orden en que se lean las fichas no afecta al desarrollo argumental, escaso por no decir inexistente. Todo lo que sucede en las páginas del libro ocurre en un intervalo de tiempo de siete minutos, no exentos de su pequeño momento dramático.

Además, para todos aquellos que dominéis el inglés, podéis encontrar la obra completa en este link. La gran ventaja de la web es que las fichas de los personajes vienen relacionadas mediante hipervínculos, de modo que en seguida podréis ir a la ficha del pasajero referido en el texto del otro. En resumen, 253 o La Comedia del Metro es un libro atípico, que se podría clasificar dentro de la narrativa experimental, pero que a un servidor le dejo un agradable sabor de boca. Y sin embargo, puedo entender perfectamente que mucha gente, acostumbrada a mecanismos narrativos más convencionales, con una historia y un desarrollo argumental elaborado, puedan considerar este libro un soberano petardo.

Lpr.

jueves, 14 de enero de 2010

El diario de Bridget Jones, Helen Fielding

Yo pretendo aportar el punto superficial a toda esta gente tan leída y tan friki. Mi aportación será sobre libros del estilo denominado chick-lit, o más despectivamente, libros de tías...aunque leo también otros muchos tipos de libros, que conste.

Obviamente, no es la literatura más selecta del mundo, ninguno de estos libros pasará a la historia por su extraordinaria calidad, pero en general, dan lo que prometen, puro entretenimiento.


Y para empezar, lo primero es lo primero, las bases, el libro que inauguró el boom de esta chick-lit: El diario de Bridget Jones, de Helen Fielding.

También es el primer libro de este estilo que leí, y desde entonces, y hace mil años de eso, he leído montones, es la clase de libro que se lee del tirón, sin pensar demasiado, perfecto para la playa o después de un día duro de trabajo (en la mina o algo así).

Me gusta Bridget, es una loca, no da una a derechas, pero es noble y la clase de amiga que todas querríamos tener, siempre dispuesta a una noche de copas, cigarros y pelis de Colin Firth.

Y me gusta aún más cuando se enamora del estiradillo de Mark Darcy, con el que la caga una y otra vez, en situaciones a cual más absurda.

Como su nombre indica, el libro está escrito en estilo diario, lo que le hace ser muy rápido en las frases, no se pierde durante horas en interminables descripciones, es ágil y divertido...sin grandes pretensiones.

Conclusión: libro imprescindible.

Mort, de Terry Prattchet

Tengo que mentar a Pratchett. Ya, ya sé, todo el mundo haciendo críticas sesudas y yo con unos libros de oligolerdia. Pues me da igual, ea. Algún día os diré que Crimen y Castigo es un ñordo de cuidado, pero hoy no.
Terry es inevitable, inconmensurable, glorioso. Si no fuera proque tiene millones de años, es bastante fósil y está felizmente casado, le pediría un hijo
Y este libro es, sencillamente cojonudo. Para empezar es increíblemente bueno, para seguir, la edición de bolsillo es sumamente asequible.
Pertenece a la genial saga de novelas del mundodisco. Eso ya es un punto. Básicamente se trata de que la Muerte está pensando en jubilarse y decide buscar un aprendiz. Lo encuentra, y en su primera noche de trabajo solo... se enamora de una princesa a la que tiene que matar. A partir de aquí, un descojone. La chica es preciosa, él es ortopédico. La Realidad decide que Keli está muerta, y claro, a la gente le cuesta un poco asumir que una tía que está muerta, no lo está, solo por el mero hecho de que ande y camine. Nimiedades.


"El propietario (...) y dirigiéndose a Mort con el mismo tono de voz que utilizaron para preguntarle a san Jorge <<¿Que has matado un qué?>>, inquirió..."

"Siempre y cuando no pesara nada, Terpsic Mims era uno de los pescadores más felices del Disco, puesto que el río estaba a 7km de su casa, y por lo tanto, a 7 km de la señora Glwadis Mims."

Eso sí, el dibujante me horroriza.

Clasificación: Para este tipo de libros aprendí a leer.

miércoles, 13 de enero de 2010

Aire, Geoff Ryman

Copio de la web de la casa del libro:

“El pueblo de Mae es el último en conectarse a la red. Pero ahora hay algo nuevo, algo que no necesita conexiones ni ordenadores: es Aire.
Aire es una nueva tecnología de comunicación que pone los beneficios de Internet al alcance de todos y en todas partes, lo quieran o no. Nada puede pararlo. Mae es analfabeta, pero sabe que Aire lo cambiará todo. ¿La escuchará su gente antes de que sea demasiado tarde?
Geoff Ryman ha logrado con Aire la novela más importante del género de 2006. Original y profunda, nos sumerge en un mundo zarandeado por los cambios tecnológicos y sociales donde solo caben dos posibilidades: adaptarse o morir.”


Lo siento. Este libro ha sido infumable. Lo acabé hace más de un año. Os aseguro que aún cuando lo veo en las estanterías de préstamo hace que me recorra un sudor frío. Para hacer el asunto más grave, la biblioteca ha comprado DOS COPIAS. No una. Dos. La existencia de dos copias de 1984 me parece loable; dos de este bodrio, lo siento, hace que me duela el alma.

Tiene premios. El dibujo de fuera es bonito. La palabra del titulo engancha. Seguro que hay mil motivos que me sedujeron a leerlo, pero, ese libro sigue siendo el mismo. Para mi, el único personaje en el que profundizan algo es en la tal Mae. Se trata de un personaje tan típico que su pueblo de las montañas y ella son un cliché inseparable. El tema de la “red Aire”, ni lo llegué a entender del todo, y se supone que es algo importante en el libro. Los supuestos conflictos entre los ciudadanos no dejan de ser superficiales. Todo está cogidísimo con pinzas. Terminarlo fue un esfuerzo mental.

¿Qué cojones es eso de de “Adaptarse o morir”? ¿De verdad el tío que hizó la sinopsis de este libro se lo acabó? Yo si. Por desgracia. En ese libro, el uno que muere o adapta eres tú.

Infumable. Y porque quería escribir algo. Porque “Malo de pelotas” me parecía ofensivo.

Puntuación "Mis ojos, mis ojos"

domingo, 10 de enero de 2010

Despertar, L.J Smith


Regalo de Navidades que bien podría haberse quedado en la librería, aprecio más la intención del regalo que el libro en sí. No he sido capaz de pasar de la página 20. Más previsible, imposible.

Para que os hagáis una idea del truño, el libro comienza así: un adolescente melancólico vaga por el bosque cavilando sobre el precio que tiene que pagar para salir de su Oscuridad interior, lo desgarradora que es la vida y la soledad cósmica... y cuando está en medio de semenjante puf mental -en el bosque de invierno, con cuervos y depredadores y un conejo muerto que acaba de tapiñarse, para meditar sobre la fragilidad de la existencia-... se da cuenta de que llega tarde a clase. Vamos, de importancia vital para un vampiro, la educación secundaria.

Por otra parte, una chica -Elena, citando a como se refieren y refiere a sí misma varias veces, la "reina de la escuela"- vuelve al instituto este curso para reunirse con su grupo de amigas. La guapísima, la lista, la divertida y ella, que -evidentemente- va a ser el núcleo del universo. Cuando está cotilleando con ellas y leyéndose las manos... aparece un chico divino en un Porche, chaqueta de Armani y gafas de sol. Para ir al Insti. Luego descubres que es Stefan, el traumatizado del bosque.
Para los jugadores de Vampiro: el tipo es tan increíblemente gañanado, que Domina a la Bedel del Insituto para que le dejen ir a clase. Normal normalísimo.

Venga, voy a hacer un esfuerzo y leer algo más por vosotros... tenemos a Caroline, la amiga de la infancia de Elena que se comienza a volver su rival... vaya, que argumento tan poco manido. Conversación:
Caroline: Es posible que tu tiempo en el trono se esté acabando.
Elena: Si yo fuera tú, todavía no me compraría un cetro.

En la página treinta de este engendro de la vida, encontramos que Elena, al sentirse rechazada por El Traumatizado del Bosque, decide que va a ser suyo cueste lo que cueste. No añade nada de un "porque yo lo valgo", pero no estaría fuera de lugar. A continuación, nos enteramos de que Elena es el clon de un antiguo amor de Traumatizado, el cual se tiró su hermano malvado, o algo así, y al final murió. Vamos, todo giros argumentales que jamás me esperaría.

Lo siento, pero no puedo leer más. Esto es lo peor que he intentado asimilar desde que vi por primera vez a Yola Berrocal.

Clasificación: ¡Mis ojos, mis ojos!

jueves, 7 de enero de 2010

Ciudad de Ladrones, David Benioff

Hay en el madrileño barrio de Tribunal una pequeña cafetería regentada por británicos. Apenas hay espacio para que una veintena de personas se tomen algo cómodamente. A la derecha de la entrada, unas escaleras descienden al piso inferior... Donde hay a la venta una gran cantidad de libros de segunda mano. Fue en esta tienda donde topé por casualidad con una pequeña y manoseada copia de Ciudad de Ladrones. Seguramente fue mi incorregible pasión por la Segunda Guerra Mundial lo que me indujo a llevarme el libro, sin tener la menor referencia sobre el autor o la novela en cuestión. Ahora puedo decir alegremente que fue todo un acierto hacerlo.

Ciudad de Ladrones es la historia de dos jóvenes atrapados en Leningrado durante el asedio nazi. Un alto mando de la ciudad va a celebrar la boda de su hija, y para el festejo quiere preparar una tarta, para la cual necesita una docena de huevos. El encargo de buscarlos recaerá en Lev, un chico de 17 años arrestado por desvalijar el cadaver de un paracaidista nazi, y Kolya, un soldado de 21 años que acaba en la carcel por desertor. La recompensa por encontrar la docena en el plazo de cinco días será mantener la vida.

A través de las peripecias de estos dos personajes por las calles de Leningrado, Benioff ofrece una exquisita imagen de los efectos de la pobreza, la desesperación, el frío y el hambre que acarreó la llegada del invierno en la invasión alemana a Rusia. Sin embargo, lejos de ser un completo drama como podría parecer por esta descripción, Ciudad de Ladrones es una lectura amena, con la dosis de dramatismo justo entremezclado con momentos, personajes e intervenciones realmente divertidas. Además, revela también la cara brillante de la moneda: camaradería, amor, y el triunfo de la fuerza de voluntad son aspectos muy presentes en la historia.

Pero sobre todo está Kolya. Aunque la historia esté contada en primera persona por Lev, su compañero es el alma de Ciudad de Ladrones. Su personaje empieza pareciendo un excéntrico totalmente fuera de contexto, un académico en un mundo en guerra, pero a medida que vamos leyendo más sobre las correrías de estos dos personajes, se le llega a coger muchísimo cariño. Casanova con las mujeres, cafre cuando quiere, incapaz de estarse callado, ni siquiera en las situaciones más adversas, imaginativo, sarcástico... y obsesionado con el hecho de llevar diez días sin cagar. Será sobre todo en los compases finales de la historia cuando Koyla brillará con luz propia.

Como crítica, se podría decir que muchas de las conversaciones entre los dos protagonistas giran en torno al sexo, convirtiéndolo en uno de los ejes de la narración. Claro que, por otra parte, se trata de dos chicos de 17 y 21 años. Con esa edad, quien no haya sido un saco de hormonas con patas, que dé un paso al frente!

En definitiva, se puede decir que camuflado como una novela ligera, Ciudad de Ladrones se encarga de mostrar una cara de la guerra que los libros de historia, por muy buenos que sean, suelen obviar o restar importancia ocultándolos detrás de nombres de batallas, cifras de armamento, recursos y bajas.

Entrañablemente recomendable.
Lpr.

miércoles, 6 de enero de 2010

Espacio Revelación, Alastair Reynolds

Después de mi sorpresa con “El Prefecto” fui a la biblioteca del Retiro con la esperanza de encontrar algo más de Reynolds. La biblioteca de la facultad de informática me ha dado grandes alegrías, pero no se puede competir con lo que son años de peticiones de aficionados por el género llenando estanterías.


Espacio Revelación es el primer libro de Alastair Reynolds dentro del universo del mismo nombre. Una de las cosas que me han chocado al acabarlo, es que temporalmente está 200 años por delante de “El Prefecto”. Tengo la sensación de haber seguido el orden cronológico correcto. Muchos misterios que se insinúan en el último libro aquí son explicados con detalle. Supongo que el lector de Reynolds habitual no se sorprendería al leer el misterio de las Mortajas de Lascaille, pero a mi me ha encantado poder descubrir lo que realmente eran en este volumen.

Lo que más me ha chocado ha sido el planteamiento de las especies inteligentes del universo de Reynolds en comparación con otros universos que me han impactado, como el de Jack MacDevitt (Serie Las máquinas de Dios). Dos interpretaciones de la ecuación de Drake.
En Espacio Revelación la vida es inevitable. De hecho, la vida inteligente ocurre con frecuencia si se dan ciertos factores. Dichas especies llegan a un momento de desarrollo del viaje espacial y se asoman al universo interaccionando con otras especies. MacDevitt, en cambio, propone un universo complejo en el que el ser humano viaja y descubre que está solo. Los extraterrestres han dejado artefactos como legado a su desaparición inevitable tal como vemos en Chindi. Lo que se descubre en el resto de planetas son sólo fósiles y monumentos. Da la impresión de que la vida inteligente siempre acaba por llegar a un apogeo, después sucumbe a la extinción. El ser humano viaja con el sueño de poder descubrir otra especie con la que poder estrechar la mano y decir “No estamos solos”, pero parece que la galaxia no pueda cobijar más de una especie inteligente a la vez.
El universo de Reynolds es más complejo. El mismo ser humano es extraterrestre para el ser humano. Ultras, Combinados, Cerdos, Demarquistas… diferentes facciones muy modificadas de nuestra misma especie interaccionan entre si. Extraterrestres como los extintos amarantinas, los inalcanzables amortajados o los malabaristas. Los implacables Inhibidores, una especie que llegó a la singularidad y cuyo análisis de la vida inteligente es que solo genera caos y destrucción lo cual justifica su aniquilación. Hechos como la Guerra del Amanecer, un conflicto del orden de nuestra galaxia y periféricas. Bandos compuestos por millones de especies diferentes, y cuyo poder destructivo rebasa nuestra imaginación y física, alcanzando a brazos completos de la Vía Láctea.
Mientras que MacDevitt me maravilla por esa sensación de urgencia para comprender que va a ir mal, qué debemos hacer para no desaparecer, Reynolds lo hace por lo complejo de la vida. Las miles de formas que puede tomar. Por su maravilloso despliegue tecnológico y social.

Siguiendo las últimas críticas de mis compañeros, me uno a nuestra fugaz sistema de clasificación: Muy recomendable.

martes, 5 de enero de 2010

Moon, Duncan Jones

Dicen que la soledad es mala, que es triste... Yo digo que la soledad, sobre todo, es aburrida. El argumento de Moon gira en torno a la soledad. Y a pesar de que la idea es buena, el resultado es soporífero.

Personalmente, no alcanzo a comprender el aluvión de críticas positivas que ha recibido la primera película de Duncan Jones. Por no olvidar las siete nominaciones y once premios, entre los que se cuentan los de Best Actor, Best Film, Best Production Design y Best Screenplay en la edición de 2009 del festival de Sitges. O tal vez si que puedan tener una explicación...

En primer lugar, un mínimo de investigación genealógica nos descubre que Jones es el hijo de David Bowie. Tener como progenitor a uno de los grandes ídolos de la cultura pop y glam hace que los críticos vean tu obra desde una óptica muy distinta, mucho más positiva. De hecho, si hay algo que todo crítico tarda menos de cuatro líneas en remarcar acerca de Jones al hablar de Moon es que, siendo ésta su primera película, no quiere usar el apellido artístico de su padre para que de ese modo la atención no se desvíe de su obra. Oh, qué bonita publicidad encubierta.

Por otro lado, la película tiene ese estilo "minimalista", "reflexivo", "avant-garde"... y una larga ristra de epítetos que los columnistas de publicaciones gafapasta suelen utilizar para describir sus películas favoritas y justificar que ellos las valoren como obras maestras mientras al vulgo común nos parecen un soberano coñazo. Moon, a pesar de durar poco más de una hora y media, es una película durante la cual miré más de una y dos veces al reloj mientras pensaba en lo divertido que sería estar en ese momento en cualquier otro sitio, haciendo cualquier otra cosa.

De todos modos, no todo en Moon es malo, ni mucho menos. El argumento de la película es interesante y original. Sam Rockwell es un operario encargado de revisar y manejar la maquinaria de una base lunar en la que se recoge y procesa material que, en la Tierra, será usado como combustible. El contrato de trabajo dura tres años, y durante ese tiempo Sam estará únicamente acompañado de un ordenador parlante, y de los recuerdos de su mujer y su hija. Todo marcha bien hasta que un día Rockwell sufre un accidente en una de sus salidas rutinarias, y al volver a despertar en la base, empiezan a suceder cosas extrañas... Empezando por la presencia en la misma de Sam Rockwell. De otro Sam Rockwell. Si bien los acontecimientos que se desarrollan dan forma a una historia interesante, el desarrollo de los mismos es aburrido, sin ritmo ni tensión.

Moon ha errado el medio. La historia funcionaría a las mil maravillas en formato de relato corto, aunque el final no deja de ser ligeramente previsible. Pero el resultado como guión para la gran pantalla, a título personal, se me antoja como un mal café: descafeinado e inapetente.

Lpr.

sábado, 2 de enero de 2010

Puerta al Verano, Robert A. Heinlein

Si alguna vez llegases a una situación en la que toda tu vida se va al traste... ¿Qué harías?

En Puerta al Verano, Heinlein pone ante esa pregunta a Dan B. Davis, un ingeniero e inventor que se dedica a diseñar robots de domótica, que ama su trabajo y disfruta con él. Después de haber creado un robot llamado Muchacha de Servicio y comercializarlo con gran éxito, Dan emprende el diseño de Frank Flexible, que se perfila como una gran revolución. Es entonces cuando sus compañeros de empresa, mediante varias jugarretas legales, le dejan totalmente en la estacada.

La solución del protagonista a la pregunta con la que empieza esta entrada es, entonces, la criogenización. Congelarse para despertar treinta años más adelante (concretamente, en el año 2000), en una ciudad donde a los que han tomado esa alternativa se les llama "durmientes". Será allí donde Davis descubrirá que...

Y hasta ahí puedo contar.

Leído hoy, Puerta al Verano sorprende. No por su argumento, ya que en lo referente a viajes en el tiempo se ha escrito mucho y muy variado. Tampoco por ser una historia con giros impredecibles o un final arrollador, porque al contrario, en general resulta bastante predecible. Pero es un libro asombroso si la historia se contextualiza. Hay que tener en cuenta que se trata de una novela escrita en 1957, y sin embargo, al más puro estilo Verne, es capaz de imaginar avances tecnológicos que hoy en día resultan bastante comunes, como los robots de limpieza o el uso de componentes electrónicos estándar para reducir costes y hablar de teorías espacio/temporales, hoy en día están muy en boca de muchos científicos e investigadores.

De este modo, Heinlein logra crear unos personajes y un universo muy sólidos, consistentes y creíbles. Muchas novelas futuristas no son capaces de sobrevivir al año en que se ubican. Los escritores hablan de avances o inventos que no solo no existen, sino que la ciencia ha avanzado por derroteros totalmente distintos. En cambio, el autor de Starship Troopers tiene la maestría de hablar no solo de unos avances cientifico/técnicos que en parte se han visto plasmados en la realidad casi cincuenta años más tarde, o un proceso de creación ingenieril perfectamente lógico (sin duda los estudios en ingeniería mecánica de Heinlein influenciaron estas partes del relato), sino que también presenta una estructura social futurista que podría perfectamente pasar por verídica, donde la gente desconfía de los "durmientes".

No suele gustarme repetir ajadas citas cuando escribo una crítica, pero en este caso no puedo sino coincidir en que "Si no has leído a Heinlein, no has leído ciencia ficción; si no has leído esta novela, no has leído a Heinlein".

Plenamente recomendable.

Lpr.

El Prefecto, de Alastair Reynolds


Alastair Reynolds ha sido un descubrimiento para mí. Es común que los autores de ciencia ficción tengan una base sólida en alguno de los aspectos de su obra. Reynolds, dados sus estudios como físico y su trabajo para la Agencia Espacial Europea, podría ser una de esas personas que ahondan en la descripción de la física y la tecnología de manera contundente para dar sentido a su universo. La sorpresa es que no sólo eso es cierto. Sus personajes son detallados, complejos. Las relaciones de los mismos le acercan a esos otros autores que sin una puesta en escena de maravillas espaciales, te mantienen atento a la historia. Para mi eso es lo que al final siempre importa.

El Prefecto está ubicado dentro del universo de “Espacio Revelación”. La cronología de dichos libros es irregular. Mi cabreo al enterarme de que este era el quinto de la saga se vio apaciguado al descubrir que realmente el orden importaba nada. De hecho, ahora leo el primero que escribió y temporalmente es muy posterior. Esto ha de darnos la idea de lo que quiero decir: en ningún momento he sentido que me faltase información..

Tom Dreyfus es uno de los protagonistas del libro, Jane Aumonier es otra. Ambos son prefectos. Los encargados de controlar la igualdad en un sistema de votaciones en Anillo Brillante.
Anillo Brillante es un conjunto de diez mil hábitats con sistemas gubernamentales tan dispares como dictaduras voluntarias, gente conectada a la Abstracción de continuo (una especie de red), mundos en los que sus habitantes son modificados para parecer criaturas de fantasía, lugares en los que la vida vale nada y esta se puede apostar. Todo es válido mientras exista suficiente masa humana para fundar un hábitat bajo las condiciones que se deseen, y siempre se respete el derecho a votar de cada una de esas personas.
Panoplia vigila que se cumpla la ley. Pero la destrucción de un hábitat de novecientas personas convierte una investigación sencilla en un asunto turbio en el que las respuestas no parecen encajar con los detalles de lo que allí se observa. Todo conduce a un complejo plan cuyo comienzo tuvo lugar hace más de veinte años y que afecta a la estructura misma del Anillo Brillante, de su policía, y de la independencia de cada uno de los habitantes de este mundo.

Absolutamente recomendable.