Te estás quedando conmigo, me diréis.
No.
Mirad, alguien tiene que hacerlo. Hay cosas que un crítico de libros tiene que hacer, y esta es una de ellas.
Me aburría mucho y no tenía nada nuevo que leer, así que opté por un experimento. Como ya supondréis, las Páginas Amarillas no tienen nada de argumento, pero es entretenido el descubrir algunos apellidos chungos y nombres ridículos. Además, es relajante el recortar los cupones que te vienen con ella, aunque cada vez vienen menos interesantes.
Y el plano del final es muy útil.
Clasificación: Mejora mucho si estás fumado.
11 comentarios:
Me acabas de conquistar
Así soy yo, o me amas o me odias. No doy lugar para medias tintas.
Así no hay forma de cerrar la lista de libros pendientes de leer... No me recomendéis cosas así! Que tardo mucho en terminarmelas, y se me amontonan los libros pendientes!!
Tienes que entenderlo, hay libros que deberían ser obligatorios antes de que te permitan votar. Esta obra magna del Estado transmite la sensación de pertenecer a la multitud social, a una masa de seres equiparables a nosotros que integra el pensamiento individual en la colectividad instintiva de la especie.
A mí lo que no me mola es que sea un libro que cambie tanto de una región a otra :(
Tenéis demasiado tiempo libre :p
Cattz: pero eso da pluralidad en la interpretación, mujer...
Gárgamel: lo que tengo son exámenes. Cualquier excusa es buena para que se te vaya la olla...
Una reseña de las páginas amarillas es lo más absurdo que he visto con diferencia, no se como no se me ha ocurrido a mí.
Aunque yo hubera puesto algo del tipo 'los personajes son planos y la trama es un tanto lineal, a pesar de lo cual el autor invita a una profunda reflexión sobre la despersonalización del hombre actual en la sociedad de la información...'
Es que tú eres mucho tú, BH. Espérate a que haga la de la Larousse o la de algún diccionario de idiomas.
Yo estaba pensando en el manual del vídeo. Me encantan los manuales de vídeos.
Juas, qué bueno!! xD
A ver, que piense qué leo... pues resulta que nada raro, aish... qué penica
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