jueves, 18 de febrero de 2010

El arte de rechazar una novela, Camilien Roy

Muchas veces se dice que un libro es un tesoro.

En el caso de El arte de rechazar una novela, no podría estar más de acuerdo. Me llevaría el libro a una isla desierta en los mares del pacífico, y lo enterraría bien hondo. Lo de dibujar un mapa para después poder volver y recuperarlo... Ahí ya me lo pensaría más.

Porque este "libro" no hay por dónde cogerlo. Su estructura es la de una recopilación de cartas de respuesta a un escritor que ha mandado su primera novela a un montón de editoriales. Inevitablemente, la respuesta es una negativa, pero el autor ha inventado un amplio repertorio de rechazos diferentes, imprimiéndole una personalidad distinta a cada una de ellas.

Y oye, no seré yo quien diga que la idea es mala, y que la propuesta no parece interesante. Que si no lo considerase así, ahora mismo no estaría escribiendo esta crítica. Pero la ejecución es pésima. Las personalidades son excesivamente artificiales, muy forzadas para intentar dar un toque humorístico al libro en conjunto. Las cartas son, en general, bastante estúpidas. A medida que vas leyendo negativas, la cosa se va haciendo más y más aburrida, y no hay ninguna carta que pueda provocar ningún tipo de gracia. Y evidentemente, Roy es incapaz de evitar los topicazos, como el hacer una carta de respuesta con un haiku. Vaya, la originalidad al poder. Lo que más rabia me da es haberme gastado los 16 euros que cobran por semejante despropósito.

Rechazar el libro de Roy no hubiese sido demasiado difícil. Las editoriales tenían todo un repertorio de maneras de hacerlo a mano. Supongo que ninguna era lo suficientemente buena...
 Lpr.

2 comentarios:

Entrari dijo...

Joder, si recuerdo que me hiciste la coña del primer parrafo

Interloper dijo...

Ah, sí??

Y yo que pensaba que se me había ocurrido en el momento... xD