El tiempo tiene un efecto nefasto en mi memoria. Tochos de hasta mil páginas desaparecen de esta, sustituidos por lecturas nuevas. Recuerdo Reyes de La Arena (Sandkings), un relato sorprendente. De hecho, es el tercer relato que se ha quedado en mi memoria, el tercero de un libro que contenía a unos veinte casi igual de brillantes (y eso que había uno de Heinlein, Dios en persona). Dicho relato de ciencia ficción y de George R.R. Martin, me sorprendió. Hasta entonces, en mi ignorancia, Martin era para mi, alguien que escribía fantasía, y que tenía una legión de fans de una saga inacabada. Joder, que equivocado estaba.
Los Viajes de Tuf fue uno de esos libros que compré por impulso con el precio de un premio. Después de empezar Cronopaisaje y aburrirme (ahora estoy en su relectura, y vaya, creo que ha conseguido engancharme), metí en mi mochila lo primero que estaba a mi alcance. Cuatros días después lo acabé, y ahora quiero más.
Tuf es un mercader de más de dos metros cuarenta. Fácilmente de doscientos kilos de masa. Vegetariano, y amante de los gatos. Comerciante espacial, pero a la conclusión del primer relato de este fix-up, se erige dueño del Arca, una enorme nave de más de mil años de antigüedad con tecnología perdida del antiguo Cuerpo de Terraformación. Desde entonces se convierte en Ingeniero Ecológico, el último que queda, o el primero en mil años.
Los diálogos de Tuf son agudísimos. Creo que ahora tengo montones de diálogos geniales en mi cabeza. No he visto a nadie dar tantos sablazos verbales desde Monkey Island. Tuf es brillante, inteligente, fresco. Cada una de las historias guarda una conclusión de diferente tipo. Cada una de las soluciones de Tuf tiene motivos profundos, y no siempre del agrado de quien las solicita. Tuf nunca miente.
Durante los siete relatos encadenados sobre el personaje, hay una evolución. El personaje más del inicio, humilde e inteligente, se ve afectado al tener en su mano un poder absoluto, el Arca. Podemos ver esa evolución al hablar de si mismo como de un Dios, pero nadie puede refutarle lo contrario. Cada uno podrá obtener su conclusión, pero yo soy de los que piensan que Tuf no llega a corromperse. Y eso es difícil, pero es que Havilan Tuf es excepcional.
1 comentarios:
Los Reyes de la Arena debería ser lectura obligatoria en las escuelas. Dios, qué bueno era ese relato y qué miedo daba, el jodío. No por la intriga, que está todo más o menos claro, sino por la atmósfera. Absolutamente brillante.
Sobre Tuf, pues no sé. Lo tengo gracias a la llorada colección bibliópolis, pero no he tenido ocasión de leerlo (aún). Pero me has abierto las ganas, lo subiré en la pila de lectura.
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